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Jon Batiste y Big Money: explorando sonidos de jazz, góspel y funk

El carismático músico de Nueva Orleans, Jon Batiste, lanza su nuevo disco Big Money, un trabajo que se aleja del brillo y la grandilocuencia de sus presentaciones en vivo para explorar un sonido íntimo, acústico y profundamente emotivo. Con nueve canciones que suman poco más de 32 minutos, el álbum revela una faceta más introspectiva del artista, combinando letras reflexivas con arreglos minimalistas que resaltan la versatilidad de Batiste como intérprete y compositor.

Un viaje musical entre folk, funk y góspel

Big Money destaca por la claridad de sus composiciones, lo que realza la riqueza de las melodías y la fuerza emocional de las canciones. Batiste fusiona estilos como folk, funk, góspel y blues, utilizando instrumentos como piano, violín y mandolina, creando un entorno auditivo diverso y envolvente. Esta forma más minimalista permite que cada acorde y cada línea vocal se experimenten de manera íntima y auténtica, demostrando una sensibilidad que va más allá de lo puramente estético.

Las letras tratan temas que van desde la ética humana y la fe espiritual hasta preocupaciones ambientales, proporcionando una experiencia sonora que promueve la reflexión. La expresividad del artista se sitúa entre instantes meditativos y compases enérgicos, resultando en un álbum que impacta por su habilidad para vincularse con quien lo escucha, sin recurrir a grandes producciones.

Enfatizan las colaboraciones y duetos únicos

Uno de los momentos más anticipados del álbum es el dueto con Randy Newman en la canción Lonely Avenue, un clásico del compositor Doc Pomus. Newman, un pianista y cantante destacado con influencias de Nueva Orleans, ofrece su distintivo tono de tenor rasposo, lo cual contrasta con la voz resplandeciente de Batiste, creando un efecto tanto emotivo como humorístico. Esta colaboración señala un regreso notable de Newman, quien ha mantenido un perfil bajo en los últimos años debido a problemas de salud.

Otro punto destacado es la balada Maybe, donde Batiste combina acordes densos con preguntas existenciales sobre la vida y el entorno, culminando en una interpretación de piano que recuerda a los grandes del jazz como Jelly Roll Morton. La química y sensibilidad en estas piezas refuerza la capacidad del músico de transformar lo simple en extraordinario.

Ritmo y alegría en cada tema

El disco también presenta instantes más dinámicos y felices, como Lean on My Love, que se inspira en Prince, Sly Stone y The Spinners, con la contribución de Andra Day en los coros. La pieza que lleva el nombre del álbum, Big Money, fusiona palabras pegajosas con la vitalidad de las voces de las Hermanas Womack, entregando un ritmo vibrante y radiante.

Temas como Pinnacle incorporan juegos de palabras y referencias al Delta, mientras que canciones como Angels y Do It All Again muestran la faceta más góspel y espiritual del artista, cerrando el álbum con un mensaje de alegría y esperanza. La combinación de ritmo, melodía y mensaje hace que Big Money sea un trabajo versátil que refleja tanto la habilidad técnica como la sensibilidad artística de Batiste.

Un disco que captura la esencia de Jon Batiste

Con Big Money, Jon Batiste muestra que su habilidad va más allá del impacto de sus presentaciones en vivo. La cercanía, la variedad de estilos musicales y la riqueza de sus letras establecen este disco como un símbolo de originalidad y sinceridad en la música actual. Cada pieza evoca felicidad, análisis y conexión, reafirmando a Batiste como uno de los artistas más completos y multifacéticos de su tiempo.

Por Alice Escalante Quesada